El Orgullo: definición, funciones y un ejercicio terapéutico.

El Orgullo

¿Qué es el Orgullo?

¿Cuándo se siente uno orgulloso?

¿El Orgullo es siempre algo bueno?

¿Es bueno sentirse orgulloso siempre?

¿Es bueno no sentirse orgulloso nunca?

¿La humildad y el Orgullo son incompatibles?

 

El Orgullo es una emoción positiva que se puede definir como la promoción de la propia identidad a través de la valía experimentada como consecuencia de haber logrado un objetivo meritorio (Lazarus, 2006). El uso de técnicas dedicadas a promocionar el Orgullo como emoción positiva central produce decrementos en la severidad de los trastornos depresivos: la depresión clínica implica una disminución de la autoestima, y el Orgullo promueve aumentos en ella (Gruber et al, 2009).

 

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Orgullo y status social: compensación sobre el autoestigma.

El Orgullo es emoción que covaría con ganancias en el status y el rango sociales (Shariff y Tracy, 2009). Esta primera definición, este primer beneficio que produce el Orgullo, que es el percibir subjetivamente un aumento personal de la posición social, de la propia valía, ya es de entrada interesante en el contexto de la rehabilitación psicosocial. Es frecuente percibir en ocasiones cómo uno posee (subjetivamente, por supuesto) un menor merecimiento de estima, caracterizado por poseer una enfermedad mental, en comparación con personas sin ella: lo que se denomina “autoestigma”. Por ello, ya que la experiencia de la emoción de Orgullo implica incrementos en el status social (Tracy y Robins, 2004) y la adquisición de ventajas en una jerarquía social (Williams y DeSteno, 2009), su fomento como módulo terapéutico es muy posible que compense esta ocasional percepción de minusvalía, otorgando la percepción de un mayor crédito y estimación en sociedad: valía que siempre debe ser experimentada en el ámbito de haber logrado una serie de metas y objetivos personales planeados, a fin de no fomentar un Orgullo hubrístico (más adelante especificaremos esta denotación).

De este modo, el fundamento teórico de la aplicación del Orgullo como técnica terapéutica se basa en la demostración teórica de que aquellas personas que se perciben en un escalón alto de un rango social (recordemos, un efecto principal de experimentar regularmente emociones de Orgullo personal) son capaces de acceder a un rango más amplío de recursos útiles y valiosos, lo que se finaliza en la promoción de un mayor bienestar subjetivo (Adler et al., 2000; Ellis, 1995).

 

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Existe un orgullo malo, destructivo (hubrístico), y un orgullo bueno, constructivo (específico).

El Orgullo que nos va a interesar promocionar es un Orgullo basado en la experimentación de éxitos derivados de haber logrado un objetivo vital personal (Tracy y Robins, 2007a; Tangney, 1999); este Orgullo específico, basado en el éxito de objetivos, contrasta con un Orgullo general, hubrístico, (en tanto desmesurado, impermeable a la crítica y a las situaciones específicas, e incondicional), que se basa en poseer una visión positiva incondicional de uno mismo y que, al contrario que el Orgullo específico, puede derivar en percepciones sociales negativas. Por tanto, nos va a interesar promocionar la experiencia del Orgullo específico, que no deriva en consecuencias sociales negativas, sino que, como emoción positiva que es (Fredrickson y Branigan, 2001), posibilita planear y soñar con logros y éxitos que puedan darse en el futuro (ampliando el repertorio de cogniciones subjetivas), así como proveer de la motivación necesaria para el esfuerzo que ello implica (construyendo nuevos recursos comportamentales).

De este modo, el Orgullo amplía el conjunto de potenciales destrezas y comportamientos personales creando en el individuo el deseo de compartir con personas del entorno los éxitos logrados, provocando una motivación adicional por conseguir más logros en el futuro (Lewis, 2000). En concreto, una de las tendencias de acción que posibilita la emoción de Orgullo (según la caracterización que hace Barbara Fredrickson sobre emociones positivas y tendencias de acción construidas) (en Fredrickson, 2005), es la de “soñar a lo grande”, esto es, poseer ambición en lograr objetivos y trabajar en la consecución de planes de dichas metas y objetivos en la vida.

 

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Un ejercicio terapéutico interesante para elicitar y fomentar el uso de un Orgullo Específico es el siguiente:

Ejercicio dedicado: Orgullo y percepción de  valor autorreferido

Este ejercicio consiste en recordar y plasmar por escrito (en sesión) tres situaciones, que hayan acontecido en el último mes, que derivaran en vivenciar Orgullo . Antes de cumplimentar este ejercicio, se debe explicar brevemente cómo completar cada apartado:

clip_image001[10]      Situación” se refiere al hecho o conducta que provocó el Orgullo. Se debe intentar recordar día y hora.

clip_image001[11]      En “Fortaleza con la que tiene que ver” se debe comprobar con cuál de las Cinco Fortalezas Principales propias tiene que esa experiencia concreta de Orgullo. Por tanto, es necesario tener a mano la hoja – resumen con las CFP de cada usuario.

clip_image001[12]      Sinónimos de Orgullo y sensación corporal”: deben escribirse matices de la experiencia de Orgullo, intentando buscar sinónimos a la emoción de Orgullo de esa experiencia concreta, así como ubicar la sensación y el lugar físico de la emoción, con el fin de afianzar la etiquetación emocional, y hacer que cada uno identifique su sensación idiosincrásica al experimentar Orgullo.

     En “Cuanto hace que esperaba cumplir ese objetivo” se fomenta un contraste hedónico entre el estado de cumplimiento de una situación de Orgullo y un contexto previo, en el que la emoción de Orgullo aún no había sido satisfecha; el objetivo es que se recuerde deliberadamente que cada una de las situaciones elicitantes de Orgullo fue antes una meta, un objetivo a cumplir.

      (Hacer click en la imagen para visualizarla más grande)

anexo 12

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